Hoy el consejero de sanidad ha comparecido para asumir el cuestionamiento de un proyecto que, según él, plantea muchas dudas. Para LAB no son dudas, sino certezas, lo que planteaban los pliegos iniciales de dicho proyecto y su gestión autoritaria por parte del gobierno.
Este proyecto es el típico proyecto made in PNV. Aprovechar la falta de inversión y abandono sostenido durante años para plantear la milagrosa solución: la externalización. Es indecente el trato que dispensa el departamento al personal «no sanitario». El PNV ya calificaba en su programa electoral estos trabajos de «complementarios». Lo hacía a pesar de conocer lo esencial de, por ejemplo, la limpieza en un centro sanitario o como en este caso, el suministro de los centros sanitarios. Algo que se pretendía dejar en manos de empresas privadas.
En el pliego se unió interesada y maquiavélicamente la construcción de una infraestructura con su explotación durante 10 años. El proyecto en sí supone una aberración para un sistema de salud que aspire a la autosuficiencia y a la eficiencia económica.
Además, el cuestionamiento no solo vino de una magnifica plantilla con concentraciones permanentes, que ha llevado su lucha más allá del interés particular por sus empleos, sino defendiendo el carácter público de todas las infraestructuras sanitarias.
El cuestionamiento ha venido también desde la calle, desde las plataformas en defensa de la sanidad, por entender que el abastecimiento de los centros sanitarios no puede depender de los criterios economicistas que impone la ley del mercado.
El cuestionamiento ha sido patente también en la mesa sectorial, donde ni siquiera se ha presentado el proyecto.
El cuestionamiento también ha surgido judicialmente, donde aún permanece este tema con una demanda interpuesta por LAB junto a CCOO, ELA y ESK.
LAB consiguió, con EH Bildu, que se rediseñase la explotación de este proyecto en el grupo de trabajo de infraestructuras de la Mesa de Salud. Parece que ahora han entendido que este era un proyecto nacido para ser privado y rediseñar esa cuestión era romper el proyecto desde su base.
En definitiva, el consejero hoy ha decidido hacer lo correcto. Ahora solo queda que comuniquen oficialmente y formalmente el desistimiento del expediente de contratación y podremos empezar a hablar de las medidas que necesitan los almacenes de Osakidetza, que tras décadas de abandono en la mayoría de casos, son muchas.
LAB seguirá llevando a cabo una estrategia integral frente a la privatización, en los centros de trabajo, en la calle, en los tribunales y en todas las mesas de negociación donde esté en juego la sanidad pública. Así, hace un llamamiento a la población a seguir movilizándose contra las políticas de privatización.