Hoy, la empresa Ramondín Cápsulas ha vivido su primer día de paro total, marcando el inicio de un conflicto laboral significativo. La jornada ha estado caracterizada por el completo seguimiento en las líneas de producción, evidenciando la unidad y determinación de la plantilla. Además, el impacto del paro se ha hecho notar también en las oficinas. Ramondín Cápsulas, a la cual aplica el Convenio Estatal de Metalgráficas, es una de las empresas más grandes de Rioja Alavesa, que da trabajo a unas 400 personas.
El origen de este descontento radica en la propuesta de la dirección de congelar los salarios de todas y todos sus empleados y no aplicar las subidas recogidas en el convenio. La empresa justifica esta medida alegando una «mala situación económica» que, según afirman, les impide mantener el poder adquisitivo de sus trabajadores y trabajadoras. Sin embargo, lo que ha encendido la chispa de la indignación entre la plantilla es la rotunda negativa de la dirección a presentar las cuentas que certifiquen y justifiquen sus intenciones. Esta falta de transparencia ha generado una profunda desconfianza, haciendo que la plantilla cuestione la verdadera situación financiera de la compañía.
Ante la postura de la empresa y con la firme convicción de no perder su poder adquisitivo, la plantilla ha decidido intensificar sus acciones. Así, tras este primer día de paro, ha anunciado que la próxima semana iniciará una huelga indefinida. Esta medida de presión se llevará a cabo todos los martes y jueves, manteniendo esta dinámica hasta que la dirección de la empresa recapacite y se alcancen los objetivos de los trabajadores y trabajadoras, que pasan por garantizar unas condiciones salariales justas y acordes al coste de la vida actual.

