Que el PNV y sus representantes en las Instituciones no pretendan confundir, las miles de personas pensionistas que están saliendo a la calle con sus justas reivindicaciones están reclamando ya que los políticos, tanto de la CAPV como de Navarra y del Estado, tomen medidas para que esa mayoría de pensionistas que perciben cantidades por debajo del umbral de la pobreza puedan tener una Pensión Mínima Digna y eso, en Euskal Herria, son los 1.080 euros que vienen reclamando.

No es casualidad que responsables institucionales quieran desviar el tema y llevarlo a un marco, la negociación colectiva, donde ellos poco o nada hacen y donde saben que las Patronales continúan negándose a acordar unas condiciones de trabajo dignas.

Esos representantes del PNV parecen más interesados en continuar ayudando a los empresarios, a través de incentivos fiscales, si acceden a negociar pensiones privadas pero callan cuando continúan manteniendo sueldos de miseria, contratos precarios y temporales y siguen haciendo un masivo fraude, como el propio Gobierno de Gasteiz ha comprobado con ese 40% de los contratos revisados que contienen fraudes.

Desde LAB emplazamos al PNV, a las Instituciones de la CAPV y de Nafarroa a que tomen medidas sí, pero en el camino de abordar las soluciones de los y las pensionistas vascas para que les permitan llegar a fin de mes y eso supone el establecer una Pensión Mínima de 1.080 euros y, mientras no tengamos las competencias íntegras que reclamamos para establecer un Sistema Propio de Protección y Seguridad Social, que complementen las pensiones hasta esos 1.080 euros. Les emplazamos públicamente a que en los próximos presupuestos de la CAPV y Navarra incluyan las partidas presupuestarias necesarias para hacerlo realidad.

Ése debe ser el primer paso para que los y las pensionistas vascas dejen de ser pobres. Hay que poner las prioridades de las personas más necesitadas por encima de “otros” intereses, de ayudas a los empresarios, de malgastar dinero público en cemento e infraestructuras no necesarios…. Eso es lo que están reclamando las y los pensionistas en las calles de Euskal Herria, una Pensión Mínima de 1.080 euros, y a lo que el PNV, hasta ahora, se ha negado y ha votado no en las ocasiones que se ha planteado en el parlamento. El intentar mezclar esas reivindicaciones con las pensiones privadas, con las EPSV, es pretender esquivar el verdadero debate y pretender confundir al conjunto de la ciudadanía.