Hemos realizado una concentración antes de la reunión de la Mesa Sectorial celebrada hoy para denunciar el maltrato sistemático que sufre la plantilla.
Los sindicatos LAB, SATSE, ELA, SME, CCOO y UGT hemos constatado en la reunión de la Mesa Sectorial de Sanidad celebrada hoy que, más allá de buenas palabras, Osakidetza y el Departamento de Salud siguen sin tener una voluntad real de negociar y abordar las cuestiones troncales que afectan a la plantilla de Osakidetza.
Los sindicatos volvieron a la Mesa Sectorial en junio pasado, después de 8 meses de ausencia, y por desgracia, hoy han constatado que la situación no ha variado sustancialmente.
Sirva como ejemplo de ello que en la reunión de hoy, la parte social había solicitado la inclusión en el orden del día la negociación de un nuevo Acuerdo Regulador de Condiciones de Trabajo, que lleva 14 años sin renovarse. Pues bien, Osakidetza ha decidido unilateralmente no incluir ese punto en el orden del día bajo la excusa de que es un tema de mucha enjundia y dejarlo para próximas reuniones.
En otro tema fundamental, como es el de la temporalidad, con una tasa que alcanza el 50%, Osakidetza no solo no plantea avances, sino que a preguntas de la parte sindical, ya ha avanzado que plantea la finalización de 2.200 contratos temporales de larga duración, en puestos
estructurales que no tienen código. En vez de codificar esas plazas, va a dar por finalizados esos contratos, lo que equivale al cese de esos trabajadores y trabajadoras, la desaparición de esos puestos y a que la plantilla sea todavía más escasa. Esto ya está generando problemas en algunas OSIs para poder asumir la carga de trabajo.
Con carácter previo a la reunión, los sindicatos han realizado una concentración para denunciar el maltrato sistemático al que Osakidetza somete a su plantilla con el desastre en la gestión de los procesos selectivos y de provisión.
Las largas colas, de varias horas, que hemos visto durante el mes de agosto en los diferentes hospitales para hacer entrega de la pertinente documentación, dan buena cuenta de ello. Cabe recordar que Osakidetza ha convocado la OPE actualmente en marcha sin haber resuelto la anterior. Ello ha hecho que los y las aspirantes que puedan obtener plaza en la OPE anterior, hayan tenido que inscribirse en la nueva OPE e invertir tiempo y esfuerzo en preparar una OPE a la que no deberían haberse presentado. La Consejera se comprometió hace unos meses a publicar, antes de la celebración de los exámenes, al menos la relación provisional de aspirantes de la OPE aún sin resolver, que si bien no ofrece la certeza sobre la obtención o no de plaza, sí puede dar una idea aproximada a los y las aspirantes. Pues bien, en algunas categorías, los exámenes se han realizado sin que previamente se haya publicado esa relación provisional y en otros casos, la publicación se ha hecho prácticamente en vísperas del examen, lo que ha supuesto que los y las aspirantes hayan tenido que preparar íntegramente la nueva OPE.
Por si esto fuera poco, el descontrol y la falta de información, junto las fechas en las que se han abierto los plazos a tal efecto, han hecho que la gestión de la entrega de documentación haya sido dantesca. A la confusión y mensajes contradictorios ofrecidos por la Dirección de Osakidetza en el mes de julio (en algunas OSIs se recogía documentación, en otras se les indicaba a los y las aspirantes que no hacía falta, y en otras, en algunos momentos se recogía y en otros no), se le suma el caos del mes de agosto.
Recordemos que este es un período en el que gran parte de la plantilla está de vacaciones, lo que provocó que muchos de los y las aspirantes no se enteraran de la apertura de plazo, otros y otras tuvieran que volver repentinamente de sus lugares de descanso. A ello se le suma el hecho de que aquellos profesionales encargados de recoger esa documentación también ven recortado su número de efectivos habituales debido al período estival. Todos estos factores nos hicieron testigos de imágenes vergonzosas a las puertas de los diferentes hospitales: largas colas día tras día, con tiempos de espera de hasta 5 horas en plena era digital.
Pero por desgracia, este desastre no se circunscribe únicamente a las OPE. Procesos como las adjudicación de interinidades o el concurso de traslados suponen también un calvario para la plantilla: aplicaciones informáticas que dan continuos errores, información confusa, datos que aparecen y desaparecen, personas que no reciben ofertas de contratación a pesar de tener derecho a ello. Y así un largo etcétera.
Todo lo señalado hasta el momento, supone un maltrato continuado no solamente a los aspirantes, sino también a los trabajadores y trabajadoras de Osakidetza que deben gestionar todos estos procesos. Deben reforzarse los recursos destinados a gestionar los diferentes procesos de selección y provisión: ni pueden alargarse tanto, ni pueden ser tan caóticos.