Ya es hora de que las instituciones y los medios de comunicación asuman de una vez por todas la realidad de quienes mandan en Sidenor.
Esta semana, tres dirigentes de Sidenor, entre ellos José Antonio Jainaga, deberán comparecer ante la Audiencia Nacional como investigados por colaborar y hacer negocio con las imágenes más brutales y terroríficas que hemos visto en directo en las últimas décadas.
El Gobierno y varios medios de comunicación están empeñados en presentar a José Antonio Jainaga como el salvador de la industria vasca. Pues bien, la realidad es muy distinta. El Departamento de Industria del Gobierno Vasco le regalará al menos 45 millones de euros para que compre la empresa Talgo. Aquí tenemos un claro ejemplo de las políticas industriales del Gobierno: se va a regar con dinero público a una empresa privada sin exigir ninguna garantía de empleo ni de condiciones laborales. Jugada redonda.
Ante esta operación, denunciada por el sindicato LAB el pasado mes de febrero, las y los trabajadores teníamos una opinión muy diferente: bloqueo de la negociación colectiva, empeoramiento de las condiciones laborales… Todo ello cuando en los dos últimos años la empresa ha repartido 25 millones de euros en dividendos. Los derechos de las personas trabajadoras se están deteriorando constantemente: no garantizar el poder adquisitivo y la conciliación es una decisión empresarial. Quieren repartir entre unos pocos la riqueza que hemos creado entre todas y todos.
Poco después, supimos que Sidenor estaba vendiendo acero a una empresa militar israelí. Además de la denuncia pública, los sindicatos LAB, ELA y ESK solicitamos a la empresa información sobre estas operaciones, respuesta que aún no hemos recibido. A los pocos días, la empresa anunció públicamente que suspendería sus relaciones con Israel sin dar más explicaciones.
Tampoco esto fue suficiente para que el Gobierno Vasco superara su obcecación con este empresario, al que, pocas semanas después, se le concedió el premio a la generación de innovación y empleo de calidad en el marco del programa Industria Errotzen. A una empresa que ha hecho negocio con el genocidio. El 15 de octubre tomamos las calles de Euskal Herria para denunciar este tipo de empresas, y poco después hemos conocido la decisión de la Audiencia Nacional de investigar a Jainaga. El juez ha señalado, además, que si no ha tomado ninguna medida contra la empresa Sidenor ha sido por la actitud firme de la clase trabajadora frente al genocidio.
Aun así, sigue siendo insuficiente, y desde el Departamento de Industria continúan alabando su nombre sin ningún pudor. Mientras tanto, en los últimos días, cuatro trabajadores de Sidenor en Gasteiz han sido despedidos por reivindicar sus derechos.
El sindicato LAB lo tiene claro: si se quiere proteger la industria vasca, también hay que proteger las condiciones laborales de las y los trabajadores. Y en Sidenor no pasa nada de eso; ocurre lo contrario. Si este es el salvador del tejido industrial, ¡lo tenemos claro! El sindicato LAB se reafirma en su propuesta de política industrial, que más que nunca garantizará la participación de las personas trabajadoras y evitará cualquier tipo de regalo de dinero a este tipo de empresarios.