LAB ha llevado a cabo este Primero de Mayo movilizaciones propias en toda Euskal Herria: en Donostia, Gasteiz, Bilbo, Iruñea, Tutera, Baiona (junto con otros sindicatos) y Maule. Bajo el lema ¡Confebask-CEN, explotadoras! Langileen alde, salario y pensión digna para frenar la precariedad, hemen erabaki!, LAB se ha mostrado firme en favor de las y los trabajadores y contundente con la patronal.
Este Primero de Mayo está siendo un día de orgullo de clase y de solidaridad. El coordinador general, Igor Arroyo, ha afirmado en Bilbo que un mundo diferente es «posible y necesario». Apelando al internacionalismo y al antiimperialismo, ha recordado a Cuba, el Pueblo Palestino, el Sáhara y los pueblos del mundo.
Arroyo ha afirmado que la doctrina neoliberal que defiende el crecimiento permanente «ha fracasado»: «La élite económica vasca ha abrazado la globalización capitalista, PNV y UPN dejaron de hacer políticas industriales, dejaron todo en manos de proyectos empresariales, y ahora el PNV, que ha sacudido la bandera del buen gestor, ni siquiera es capaz de hacer un plan industrial». También ha lamentado la «errónea elección» del PNV a favor de la militarización de Europa, que supone «la destrucción de vidas, la aceleración de la crisis ecológica y los recortes sociales».
LAB reivindica un cambio de rumbo en este Primero de Mayo. En palabras del portavoz de LAB, «Euskal Herria puede y debe avanzar en el camino de la paz, la paridad, la justicia social y la soberanía popular, para lo que necesita de una mayor soberanía; más soberanía para repartir el empleo, el cuidado y la riqueza; más soberanía para cambiar el modelo de producción y consumo; más soberanía para construir un modelo económico y social que ponga la vida en el centro; y más soberanía para acoger a quienes vienen a Euskal Herria, a quienes se les niega la entrada o a quienes son expulsados y expulsadas por las leyes racistas europeas».
Asimismo, ha felicitado a las y los trabajadores vascos porque «en Euskal Herria existe un amplio espacio a favor de la soberanía, la transformación social y la transformación feminista», y porque las luchas sindicales y sociales de los últimos años han permitido situar en la agenda política temas importantes como el sistema dde salud, los cuidados, la vivienda, las pensiones y el salario mínimo”.
Arroyo ha criticado la actitud del Gobierno Vasco respecto a estos temas, porque «no tiene intención de hacer cambios de fondo. Pradales ha cambiado las formas, pero no el fondo». Ha puesto como ejemplo la reforma fiscal y la Mesa de Salud.
LAB tendrá tres prioridades en los próximos meses: desarrollar unos servicios públicos sólidos; poner en marcha una nueva política industrial y garantizar unos ingresos básicos a todas las personas, eliminando brechas machistas y racistas.
«La defensa del salario mínimo y de las pensiones propias es una batalla histórica para la clase trabajadora», ha dicho Arroyo. «No vamos a permitir que nadie se quede atrás. Queremos unas condiciones de vida dignas para nuestra gente, para todas las y los trabajadores, sea cual sea su sexo, género, origen, condición o elección».
En ese sentido, ha llamado a las y los trabajadores vascos a «multiplicar sus fuerzas» en esa lucha. Ha recordado las dos vías emprendidas para conseguir un salario mínimo propio y digno: una, a través de la negociación colectiva. «Están actuando como parásitos, se benefician, pero renuncian a su responsabilidad negociadora.» LAB no da por buena la postura de la patronal y llama a reforzar la lucha sindical para dignificar los salarios.
En referencia a la segunda vía, Arroyo se ha referido a la Iniciativa Legislativa Popular, cuyo objetivo es «modificar el Estatuto de los Trabajadores para que los gobiernos de Hego Euskal Herria tengan competencia para establecer el salario mínimo». Para ello, ha llamado a «extender a los cuatro vientos» la recogida de firmas puesta en marcha, un «ejercicio gigantesco para activar la conciencia de clase y la solidaridad». «Es una de las mayores carencias del autogobierno actual, la falta de competencias para establecer por ley el salario y la pensión mínimas», ha añadido.
Ha concluido haciendo referencia al papel que debe jugar el sindicalismo: «Para dar pasos en la capacidad de decisión y en el reconocimiento nacional, el sindicalismo independentista debe aportar». Así, LAB seguirá trabajando para conseguir un salario y una pensión mínima propias, entendiendo que son imprescindibles en el camino hacia la soberanía y la justicia social.
































































