Cuando está a punto de expirar su vigencia, será necesario el compromiso de las personas trabajadoras para renovar el convenio.
A finales de este año finaliza la vigencia del convenio del Metal de Álava. Por ello, desde el LAB llevamos meses preparando la negociación que viene. Así, antes del verano celebramos asambleas de delegados y delegadas del metal, hemos repartido encuestas en las secciones sindicales y poco a poco hemos ido afinando la estrategia para colocar al sector en «chip» de negociación.
El convenio firmado en 2022 supuso un cambio significativo en el Metal de Araba. Para empezar, y tras 19 años, se firmó por primera vez un convenio de eficacia general. Para firmar por LAB era necesario que los contenidos fueran adecuados. Y así fue. A modo de ejemplo, se recuperó la referencia al IPC, además de suponer un incremento del 14%; después de dos décadas se bajó la jornada; mejoras en las contingencias laborales, cláusula de innaplicación, etc. Sin ningún paso atras. La firma de este convenio ha abierto el camino para que las empresas que negociaban el pacto y el convenio puedan mejorar y renovar sus acuerdos sobre la base del sectorial.
A este respecto, se han ido cumpliendo los diferentes compromisos que se recogían durante el convenio. Ahí están los resultados de la Comisión de Igualdad, con una gran implicación y trabajo por parte del LAB. Además, con la creación del comité de categorías que todavía está sin cerrar, se rechaza el modelo que viene del Estado y se podrían acordar categorías que se adaptaran a la situación de Araba.
Ahora tenemos un gran reto de nuevo entre manos. En el Metal de Álava trabajan 25.000 personas, aproximadamente la mitad con convenio propio. También hay talleres muy pequeños, talleres de menos de 10 personas que no tienen la posibilidad de negociar su propio convenio o pacto y a los que se aplica directamente el convenio sectorial. Estos últimos son miles de personas trabajadoras. Los sindicatos debemos ser capaces de ofrecer una oferta sindical a todos estos trabajadores y trabajadoras de estos talleres y darles marcos para mejorar sus derechos y condiciones laborales. Limitarse a las negociaciones de empresa a empresa deja tirados a todas estas personas trabajadoras, empujándoles a la precariedad y perpetuando su situación. Por eso para LAB el convenio sectorial es la referencia, y a partir de ahí ofrecemos herramientas para mejorarlo en los comités de empresa o a las y los delegados.
Así, y ante lo que venga, todos y todas tendremos la necesidad de actuar con cautela y responsabilidad. Tanto los sindicatos con representación en el sector, como las y los trabajadores. Desde LAB tenemos claro que la fuerza del sector está en la unión de los y las trabajadoras. Y también tenemos claro que, ante la posibilidad que ofrece el convenio sectorial a todas las personas trabajadoras del sector de mejorar sus condiciones laborales, no asumir la responsabilidad que corresponde no es una opción.
Si alguien cree que el último convenio fue un regalo, se equivoca. Son derechos que conseguimos arrancar al SEA y a las empresas gracias a todo un ciclo de paros, huelgas y movilizaciones. Es hora de activar el sector para que la correlación de fuerzas ante lo que viene sea la adecuada. LAB va a ello.