En Navarra el salario medio ha subido en el último año, pero tanto las desigualdades sociales como las situaciones de pobreza están aumentando. Por tanto, la riqueza que se genera se distribuye de forma cada vez más desequilibrada, acentuando las diferencias dentro del territorio. Así lo ha corroborado el estudio Ikusmiran 22, análisis sobre las condiciones de vida y de trabajo de los trabajadores y trabajadoras en Navarra.
El informe, elaborado por la Fundación Ipar Hegoa en el contexto del Día de Navarra y en relación al debate sobre la situación del territorio, ha sido presentado hoy en Pamplona por el miembro de la fundación, Gorka Vidal, y el portavoz de LAB en Navarra, Imanol Karrera. Ambos consideran imprescindible un Salario Mínimo Interprofesional (SMI) propio para acceder a condiciones que garanticen una vida digna.
La intención de este estudio es ofrecer la fotografía más completa posible de la realidad, sin perder la perspectiva que tenemos como pueblo. El sindicato LAB ha definido objetivamente la situación real, pero no para quedarse en su mera valoración, sino para hacer más influyente y eficaz su acción socio-sindical, siempre a favor de los trabajadores y trabajadoras.
Principales conclusiones del estudio: se confirman las tendencias de los informes de 2022 y 2024.
PRIMERA. Se puede decir que la mitad de la población de Navarra vive en una situación de precariedad económica, con toda la gravedad que supone.
El 48% de la población de entre 25 y 64 años vive sin ingresos suficientes para mantener una vida digna, a pesar de tener empleo. Las condiciones laborales del empleo destruido no se están recuperando y el empleo que se está creando presenta condiciones cada vez más inestables y precarias. También destaca que el 38% de los pensionistas percibe una pensión inferior al actual Salario Mínimo Interprofesional, aunque este límite se encuentra muy por debajo del mínimo para vivir dignamente. Solo estos dos datos representan de manera clara lo profundo de la expansión de la precariedad.
SEGUNDA. Esta extensión de la precariedad afecta a la mayoría de la población y está suponiendo un aumento de las desigualdades sociales y económicas. En Navarra, todos los índices que miden las desigualdades sociales están en los valores más altos de los últimos años.
El 17,9% de los habitantes de Navarra están en riesgo de pobreza. Estamos hablando de 115,728 navarros y navarras. Las políticas públicas no han conseguido frenar y revertir esta tendencia. Por el contrario, el riesgo de pobreza y la desigualdad social están creciendo.
TERCERA. El derecho a la vivienda, cada vez más lejos de ser un derecho. De hecho, junto con el proceso de empeoramiento de las condiciones de trabajo y la situación de inestabilidad, la vivienda es la variable que más influye en la precariedad de los trabajadores y trabajadoras, algo que debería ser un derecho de toda la ciudadanía, se ha convertido en negocio y beneficio de unos pocos.
En Navarra, en la actualidad, son los empresarios de la CEN —los mismos que reniegan del sector público— quienes marcan la agenda de las políticas públicas del Gobierno. El Plan de Empleo suscrito este año por el Gobierno con CEN, UGT y CCOO es un claro ejemplo de ello. Los empresarios han impuesto sus prioridades. Y, cuando los empresarios determinan la dirección y pormenores del camino a recorrer, cuando el Gobierno opta de forma partidista y corporativa por unos actores concretos, pierde la mayoría social. Eso es exactamente lo que está pasando.
Un trabajador ha fallecido este martes en las obras del desdoblamiento de los túneles de Belate, 25 trabajadores han muerto en el trabajo en Navarra. Todas ellas son víctimas de la precariedad, 8 muertes más que el año pasado. Sin embargo, en una situación generalizada y objetiva de incumplimiento empresarial de las normas de prevención de las empresas, los empresarios han arrastrado al Gobierno para centrar el debate en el absentismo, cuando ellos son los responsables directos de que 25 trabajadores se vayan de sus puestos de trabajo para siempre.
En cuanto a la fiscalidad, los empresarios no pagan lo suficiente. Son unos privilegiados. Sin embargo, la derecha y la patronal alegan falta de atractivo fiscal. Pero no es cierto, el atractivo existe, porque los trabajadores y trabajadoras de la industria y del mercado laboral son más que nunca. Pero algunos están aumentando la riqueza a costa de los trabajadores y trabajadoras. Lo cierto es que no se puede permitir que los empresarios se enriquezcan así, porque la patronal se lleva las empresas a lugares donde simplemente le resulta más fácil acumular mayor riqueza. LAB, mediante la lucha y acción sindical, utiliza esa riqueza para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y trabajadoras, y el Gobierno, a través de los impuestos, tiene que repartir esa riqueza de una manera justa. En Navarra, sobre todo en la industria, ha aumentado el número de navarros y navarras en Expedientes de Regularización de Empleo y los cierres que se han producido han tenido como objetivo aumentar la riqueza patronal.
Sin embargo, el Gobierno, una vez más, ha dado la espalda a la mayoría sindical para centrarse en los empresarios. «Cada euro que se queda en el bolsillo de quienes más lo necesitan es una apuesta por la igualdad de oportunidades». Esta frase no es buena ni adecuada: todos y todas tenemos que aportar, y la mejor manera de hacerlo es reforzar la progresividad de las aportaciones para conseguir la igualdad. Los servicios públicos de Navarra se construyen con las aportaciones de todos y todas, imprescindibles para garantizar la igualdad de oportunidades. A partir de 2010, la recaudación con respecto al PIB a través del Impuesto de Sociedades se sitúa muy por debajo de la media de la Unión Europea.
Por lo tanto, las conclusiones son claras y chocan con el análisis de la situación en torno al territorio que dibuja el Gobierno de Navarra. Cada uno se compara con las referencias que quiere. El Gobierno de Navarra siempre pone a Navarra mirando a España, diciendo que es la comunidad autónoma con mayor calidad de vida. La realidad le pasa por encima: uno de cada dos navarros y navarras vive en situación de precariedad y las bases del empleo son cada vez más inestables. El crecimiento económico está dejando atrás a miles de navarros.
A pesar del aumento de los salarios medios, la riqueza que se genera se distribuye de manera cada vez más desequilibrada, aumentando la brecha entre las rentas del trabajo y las del capital. Las brechas salariales siguen siendo un problema estructural. El incremento del salario medio no ha supuesto el fin de las brechas ni el descenso de las mismas. Mientras que los salarios más altos siguen una marcada tendencia al alza, el salario de los jóvenes y las mujeres no aumenta en la misma proporción. Si bien la brecha de género afecta a todos los salarios, las brechas salariales por edad, origen o tipo de contrato son estructurales. Hay una tendencia a perpetuar estas opresiones sistémicas.
El Gobierno de Navarra, nervioso, por orden de CEN, UGT y CCOO, y atendiendo solo a sus intereses, ha dado la espalda a la reivindicación del Salario Mínimo Interprofesional propio para Navarra. Ante las negativas, LAB responderá con iniciativa y lucha sindical, reforzando la dinámica de movilización y promoviendo respuestas generales que incluyan a todos los trabajadores y trabajadoras. Provocando políticas públicas y cambios a favor de los trabajadores navarros y navarras. Con la intención de poner fin a la tendencia que está rompiendo el equilibrio y acentuando la desigualdad que afecta directamente a la cohesión social en nuestro territorio. Para que los trabajadores y trabajadoras de Navarra para trabajen aquí, para decidir aquí las condiciones laborales, para tener aquí una vida digna.

