La plantilla de Amarradores del Puerto de Bilbao, en su cuarta jornada de huelga, ha recibido el apoyo de más de 300 personas en una manifestación que unió Portugalete y Santurtzi en la tarde de ayer. En esta manifestación se unieron distintas empresas del puerto de Bilbao y ciudadanos y ciudadanas de ezkerrladea para mostrar su apoyo al colectivo de Amarradores.
Los Amarradores garantizan, 365 días al año y 24 horas al día, la atención de todas las necesidades del tráfico portuario y cualquier emergencia que pueda surgir. Son un servicio esencial para el funcionamiento del Puerto de Bilbao.
Desde 1990, año en el que se unificaron las empresas de amarre del río y del Puerto de Bilbao, han mantenido 35 años de paz social, acuerdos y colaboración entre dirección y trabajadores. Durante este tiempo han construido una empresa viable, con un servicio ejemplar, sin un solo conflicto laboral y con condiciones dignas que han permitido estabilidad, profesionalidad y orgullo de pertenencia.
Sin embargo, todo esto ha cambiado tras la jubilación del histórico director general. El nuevo gerente, con el amparo de la multinacional P&O Reyser, ha iniciado un proceso que pretende desmantelar el modelo construido durante décadas, imponiendo entre otras medidas una Modificación Sustancial de las Condiciones de Trabajo que precariza gravemente nuestras condiciones laborales y nuestra calidad de vida.
Un nuevo sistema de trabajo, inasumible
Según la ultima comunicación de la empresa, a partir del 16 de enero entraría en vigor un sistema de trabajo que supone:
- Más de 2.100 horas anuales, repartidas en seis turnos de 12 horas, según criterio exclusivo de la empresa.
- Reducción real de las vacaciones: solo 15 días garantizados, mientras que los otros 15 se consideran “disfrutados” en descansos entre turnos.
- Desaparición o modificación de categorías profesionales, con importares perdidas de masa salarial.
- Imposibilidad de conciliar la vida laboral y familiar.
- Incumplimiento de los descansos mínimos legales.
Además, la empresa pretende romper el acuerdo histórico por el cual todas las nuevas contrataciones entraban con las mismas condiciones que el resto de la plantilla. Nos preocupa no solo nuestro presente, sino también el futuro de quienes vendrán a trabajar a este servicio esencial.
Demanda judicial y primeras consecuencias
Desde el sindicato LAB hemos interpuesto una demanda para impugnar colectivamente la modificación sustancial, al considerar que carece de causas económicas, técnicas, organizativas o productivas reales.
Además, LAB ha solicitado medidas cautelares en el juzgado con el objetivo de que la empresa no pueda aplicar la modificación mientras el procedimiento judicial esté en curso.
La actitud de la empresa P&O Reyser ya está provocando consecuencias graves: en los últimos días, un compañero ha solicitado la extinción indemnizada del contrato al verse perjudicados de forma insostenible por los cambios anunciados.
Ayer fue la cuarta jornada de huelga, dentro de un ciclo de movilizaciones que continuará los próximos 5 y 12 de enero. Si la empresa no retira la modificación de encima de la mesa, la plantilla de Amarradores estudiará endurecer la respuesta, manteniendo su compromiso firme de defender sus derechos.

