El turismo no es un fenomeno neutral, ya que se encuentra inevitablemente condicionado por la clase, el género y el origen de quien lo practica.
Un alto porcentaje de la clase trabajadora, debido a unos ingresos insuficientes, no podemos visitar ningún otro rincón del mundo que no sea nuestro lugar de residencia. La mayoría de las mujeres* no tenemos posibilidad de hacer un uso digno de nuestras vacaciones, ya que la responsabilidad de los trabajos de cuidados, imprescindibles para el sostenimiento de la vida, suelen recaer sobre todas nosotras. Los y las trabajadoras migradas y racializadas, siendo el máximo reflejo de la precariedad, tenemos negada la posibilidad de gozar de días ininterrumpidos de descanso y ocio.
El fenómeno de la turistificación tiene que ver directamente con el modelo de ciudad y, por lo tanto, también con las condiciones de trabajo y vida de sus trabajadoras. Se encuentra directamente unido a la problemática de la vivienda, y en definitiva, a la imposibilidad de poder desarrollar un proyecto de vida digno.
El afán de negocio de unos pocos se está anteponiendo a las necesidades de la clase trabajadora. Nuestras ciudades se han convertido en un escaparate de hipocresía y soberbia, los servicios orientados al turismo -basados en el empleo precario- se están multiplicando, mientras poco a poco están siendo eliminados aquellos elementos comunitarios necesarios para poder garantizar unas vidas que merezcan la pena ser vividas.
Desde LAB llamamos a la ciudadanía a poner freno a esta situación insostenible y a luchar por un modelo de ciudad que actúe en beneficio de la clase trabajadora. Por todo ello, queremos mostrar nuestro más sincero apoyo a las movilizaciones que se llevarán a cabo el 15 de junio en diferentes ciudades del sur de Europa y en este sentido, hacemos nuestra también la movilización convocada por BiziLagunEkin, llamando a llenar las calles de Donostia este mismo domingo.
¡Es aquí donde queremos vivir! ¡Stop turistificación!

