La convocatoria extraordinaria de Desarrollo Profesional puesta encima de la mesa por Osakidetza en la reunión de hoy recoge características del nuevo modelo de desarrollo profesional que LAB ha defendido históricamente en los últimos 12 años.
Ha sido la lucha y la presión de los y las trabajadoras las que han llevado a Osakidetza a hacer una propuesta de este tipo, como vía de salida a un conflicto que la propia Osakidetza creó en su momento al suspender las convocatorias de desarrollo profesional. Esta circunstancia, unida a las características del modelo de DP puesto en marcha en Osakidetza han llevado a crear inaceptables agravios comparativos en los salarios entre la plantilla.
En este sentido, la propuesta de convocatoria extraordinaria ofertada hoy, con muchas carencias aún, supone un paso adelante en el intento de compensar la deuda que Osakidetza tiene con las y los trabajadores y ayudar a dar pasos en la equiparación de todos y todas. En nuestra opinión, las características de esta convocatoria deben marcar los fundamentos del nuevo modelo de DP que Osakidetza se ha comprometido por escrito a negociar en el 2022, asegurando también convocatorias ordinarias hasta 2026 mientras finaliza la negociación del nuevo modelo.
Han tenido que pasar muchos años para que, por fin, Osakidetza haga una convocatoria que se acerca a las claves reivindicadas por LAB desde siempre: para toda la plantilla, sin evaluaciones subjetivas y que dé la espalda al negocio y al mercadeo de una formación que la propia Osakidetza no garantiza para toda la plantilla.
En este sentido, LAB valora como positiva esta convocatoria extraordinaria, pero Osakidetza aún tiene que pasos en la mejora de la propuesta. A la espera de que se introduzcan mejoras en el tema de la retroactividad, como forma de compensar la deuda con la plnatilla, entendemos que es una propuesta para toda la plantilla, que puede acercarnos a un presente más igualitario y que abre el camino a un futuro modelo de desarrollo profesional más justo y por el que LAB va a seguir peleando como hasta ahora.
Acuerdo de Contratación
Por otra parte, la propuesta de nuevo Acuerdo de Contratación sigue anclada en viejos esquemas ya caducos y sigue apostando por avanzar en dos direcciones inaceptables: el enchufismo y la
opacidad en las contrataciones, por medio de una apuesta clara y renovada por las listas específicas; y el desprecio hacia el euskera y la falta de voluntad para su normalización, especialmente en los contratos de las listas cortas, que son los mayoritarios.
En relación a este último punto, queremos señalar que la propuesta de Osakidetza no garantizaría el conocimiento de euskera en una gran parte de los contratos eventuales no estructurales que se realicen. Sólo se prioriza este conocimiento en contratos para puestos denominados de “prioridad 1”, es decir, algunos puestos relacionados con los servicios de pediatría y espacios de información, además de pueblos con un 70% de población euskaldun. En el resto de contrataciones eventuales no estructurales, no se garantiza su conocimiento, sino que Osakidetza sólo se compromete a que “se velará para que el cumplimiento de aspirantes que acrediten el correspondiente perfil lingüístico llegue al porcentaje de preceptividad establecido en cada Unidad”
Si tenemos en cuenta que en Osakidetza se hacen anualmente unos 60.000 contratos de este tipo donde el conocimiento de euskera no queda suficientemente garantizado, y que muchos de ellos se prolongan durante meses o largas temporadas, es fácil entender el grave perjuicio que esto supone para la normalización del euskera en Osakidetza, uno de los servicios públicos vascos que más quejas reciben por la falta de atención en euskara.
En este sentido, queremos denunciar la actitud contraria a la normalización del euskera y a los objetivos del Plan de Euskera de algunos sindicatos, especialmente los corporativos,
En opinión de LAB, la Dirección de Osakidetza ha perdido una oportunidad para avanzar en un sistema de contratación más justo que ayude a hacer frente a uno de los mayores problemas del ente, la contratación, que en este momento es precaria, poco o nada transparente, y no garantiza poder trabajar en euskera y que la población pueda ejercer su derecho de ser atendida en esta lengua.