En dicha empresa, en julio de 2023 ocurrió un grave accidente, como resultado del cual un joven trabajador perdió la vida. La prioridad del comité de empresa desde el fallecimiento del trabajador fue prevenir futuras situaciones de riesgo que pudieran surgir, ya que no podía permitir que otro trabajador perdiera la vida en su puesto de trabajo.
Sin embargo, la empresa inició una persecución sistemática, basada en mentiras, acusaciones falsas, faltas de respeto e insultos hacia los miembros del comité. A través de uno de los propietarios y el gerente, la empresa acusó a nuestro delegado de participar en varias acciones penalmente sancionadas, e hizo varios comentarios despectivos. En concreto, el gerente se acercó al sindicato y acusó al delegado de haber quemado varios coches de la empresa y de haber realizado pintadas en las instalaciones, pidiendo al sindicato que tomara cartas en el asunto. Por otro lado, el propietario de la empresa hizo varios insultos al delegado en una reunión.
Nuestro delegado acudió al juzgado, denunciando que la actitud de la empresa y sus responsables constituía una vulneración de los derechos fundamentales del delegado, entre ellos la libertad sindical.
El juez ha dado la razón al delegado, confirmando que la actitud de los denunciados ha vulnerado el honor, la intimidad y la imagen del trabajador, argumentando que nos encontramos ante una difamación. Además, en relación con estas acusaciones, el juez subraya que la empresa no ha iniciado ninguna otra acción, ni contra el trabajador ni ante la Ertzaintza. Además, basándose en la figura del delegado de prevención, también confirma la vulneración del derecho a la libertad sindical.
El juez también ha aceptado la indemnización solicitada por el trabajador, y ha determinado que no solo la empresa, sino también el propietario y el gerente son responsables de todo ello.
La empresa intentó responsabilizar a otros y poner la culpa en lugares donde no correspondía, lo cual es totalmente inaceptable, sobre todo cuando un compañero ha muerto en un accidente laboral. Desafortunadamente, esta es la actitud de la empresa desde el fallecimiento del trabajador.

